miércoles, 3 de septiembre de 2014

2.3 Aprendizaje del adulto mayor
En el aprendizaje del adulto mayor se debe tener en cuenta, que el anciano necesita más tiempo. El aprendizaje en esta etapa debe individualizarse para lograr su objetivo ya que los adultos mayores presentan limitaciones intelectuales. Su inteligencia es cristalizada y no fluida, por lo cual varía su forma de aprender, se ha probado que con ejercitación se puede aprender en esta etapa de la vida.
La memoria a corto plazo está afectada, la memoria de fijación se manifiesta por ser un problema de entrenamiento, si se deja de conversar, de leer, y de hacer valoraciones porque ha dejado la vida productiva se convierte en un individuo jubilado que se aísla.
La velocidad se muestra diferente debido a su declinación; es la motivación la característica principal del aprendizaje para este grupo de edades. En el caso del adulto mayor , se expresa su deseo de hacer y de reinsertarse en la sociedad, el mismo se incentiva fuertemente con cada tarea, y para ello potencia lo afectivo.
En la esfera motivacional afectiva se establecen regularidades, en tanto la personalidad del adulto mayor es el resultado de las experiencias vividas por cada sujeto en particular en los períodos anteriores de su ciclo vital, no obstante es posible señalar algunas consideraciones al respecto:
§  Las necesidades de los adultos mayores están expresadas en el saber distinguir entre lo esencial y lo superfluo, y tener en cuenta sus condiciones de existencia como una necesidad, lo cual les permite evitar las frustraciones.
§  En el adulto mayor los intereses, así como las aspiraciones se pueden ver disminuidas a causa de la relatividad de la proyección futura de este sujeto, dada su edad. En cada persona los efectos de la limitación futura se manifiestan de diferente manera, una gran parte de los adultos se deprimen por el límite de tiempo con que cuentan, mientras un significativo grupo presenta planes a largo plazo, y otro considera que su futuro se enmarca en un estrecho margen de tiempo y debe revertirse con apresuramiento de tareas y metas de carácter inmediato.
§  Es indiscutible que la autovaloración y por consiguiente la autoestima, considerada como la imagen que se tiene de sí mismo, dependen en cada adulto mayor del modelo de envejecimiento que éste asume, o le transfiera su medio familiar y social. Ese modelo de envejecimiento puede ser de deterioro o de desarrollo, y a ello puede contribuir la educación.
El adulto mayor  se caracteriza por tener un nivel escolar adecuado que le permite entender los cambios y transformaciones que se producen en el medio circundante. Él se desarrolla dentro del reto de la sociedad  de incrementar la esperanza de vida a ochenta años, y alcanzarla con calidad de vida, expresada en cómo vive esa persona de la tercera edad. 
En la actualidad se aprecia gran cantidad de adultos mayores que siendo jubilados, tienen frente a ellos casi una tercera parte de su vida por vivir. Necesitan, reclaman, y buscan espacios de aprendizaje, de actividad para seguir insertos en la sociedad.
La educación debe ser derecho de todos los ciudadanos, sin distinción de edad, y para el adulto mayor este derecho tiene una significación especial, ya que representa una oportunidad de actualización, participación social y reafirmación de sus potencialidades. Para las personas de la tercera edad la educación puede contribuir al desarrollo de una cultura del envejecimiento y elevación de la calidad de vida expresada en mayores estándares de salud, felicidad y bienestar. La educación de estas personas, tiene sus antecedentes en la formación de adultos, a la que múltiples autores han intentado conceptualizar como una ciencia, con una historia y desarrollo propio.

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